Entrevista concedida antes de la entrega del Premio al Patrimonio de PRS a Queen en el Imperial College de Londres
Brian May ha ocupado un lugar
preponderante en la música británica desde que cofundó la megabanda
Queen hace cuatro décadas. El renombrado guitarrista, compositor,
productor e intérprete es también Doctor en Astrofísica, una autoridad
en fotografía estereoscópica 3D y un apasionado activista por los
derechos de los animales.
Como uno de los grupos más prolíficos del
mundo, Queen ha producido 16 álbumes número uno, 18 singles número uno y
vendido más de 300 millones de discos en todo el mundo. Brian escribió
22 de sus éxitos en los 20 principales, incluyendo We Will Rock You,
y ha tocado en más de 700 conciertos con la banda. Como artista solista
consumado, Brian también ha ganado dos Premios Ivor Novello por derecho
propio.
Fue nombrado Comandante de la Orden del Imperio Británico en 2005 por 'servicios a la industria de la música y por su trabajo de caridad'
y patrocina cantidad de entidades benéficas incluyendo a la Mercury
Phoenix Trust, que fue organizada en memoria del fallecido líder de
Queen Freddie Mercury. Esta organización caritativa ha distribuido más
de 15 millones de dólares en apoyo de proyectos de lucha global contra
el SIDA en los últimos 20 años.
Brian, junto con el batería de
Queen Roger Taylor, recibieron el Premio al Patrimonio de PRS for Music
[Asociación de Derechos de Actuación para la Música] en el lugar en el
que realizaron su primer concierto londinense en julio de 1970. Antes
del evento se realiza esta entrevista para averiguar cosas sobre de sus
composiciones, la edad dorada de la música de guitarras y sus recuerdos
más perdurables de Freddie Mercury.
¿Por qué piensas que Queen ha representado una fuerza tan duradera en la música británica?
Es
difícil contestar desde dentro… Pero había un motor fuerte en Queen,
particularmente desde el punto de vista compositivo. No era simplemente
una persona escribiendo y el resto de nosotros interpretando. Todos
componíamos y creo que fue Ben Elton el que señaló que éramos la única
banda en la cual todos sus miembros habían escrito un éxito número uno.
Con lo cual siempre estábamos peleando para ser escuchados. Éramos como
cuatro pichones en un nido, ¡todos gritando fuerte! Desde ese lugar
fuertemente competitivo surge una fuerza. Todo lo que sacábamos era
destrozado críticamente antes de que llegara a ver la luz. Entonces, si
la gente nos criticaba en los medios nunca nos molestaba tanto realmente
¡porque ya habíamos escuchado muchas cosas peores de nuestros
compañeros de grupo!
Supongo que por alguna razón parecía que
estábamos hablando de cosas reales para gente real. No estábamos
hablando acerca de las vidas de las estrellas de rock; estábamos
hablando de las esperanzas y los sueños de todo el mundo.
Inconscientemente nos transformamos en una banda de la gente y todos el
sentimiento en las canciones son cosas que todos sienten… –I Want To
Break Free [Quiero Liberarme], I Want It All [Lo Quiero Todo]-
hablábamos acerca de las emociones interiores de la gente. Y por suerte
para nosotros, la música parece superar las brechas generacionales. Las
emociones sobre las cuales cantábamos son comunes a todo el mundo, así
tengan 9 ó 95 años.
He escuchado que citas al 'Álbum Blanco'
de The Beatles o a Led Zeppelin como grandes influencias. Me pregunto si
piensas que la edad dorada de la música de guitarras. ¿O crees que aún
está fresca?
Creo que todavía está bastante saludable. La
industria de la música está en un sitio particularmente complicado
porque todo el mundo quiere su música gratis y es muy difícil ser un
artista nuevo porque ¿cómo lograrás hacer dinero? Pero pienso que las
fuerzas aún son poderosas y frescas, y todavía aparecen grandes grupos
en estos días. La guitarra es gran parte de eso aún. La guitarra parece
tener esta habilidad para expresar las emociones de la gente ¡les guste o
no!
¡La música de guitarras puede ser bastante frontal!
¡Sí!
Es muy elemental. Le dicen ‘hacha’ y es un poco como tener un hacha en
tu mano: puedes tallar cosas, tienes mucho poder en tus manos.
¿Cuál es tu canción preferida de Queen?
No lo sé, ¡es tan difícil de precisar!
OK, ¿cuál es tu canción favorita para tocar en vivo?
Aquellas
a las que siempre vuelvo son We Are The Champions y We Will Rock You,
porque sin importar la situación, dónde estés, con quién o cuál sea la
calidad del equipo de sonido, esas dos siempre conectan. Siempre se
siente como que has llenado las expectativas de la gente cuando tocas
esas canciones, así que supongo que son mis preferidas. Ambas han sido
muy diferentes, de acuerdo a cómo haya sido la situación en que hayamos
estado.
¿Cómo llegaste a escribir We Will Rock You?
Llegamos
a un cierto punto en el que estábamos haciendo una gira por el Reino
Unido y tocamos en un lugar llamado Bingley Hall en los Midlands. La
cosa había estado desarrollándose gradualmente en términos de cómo se
comportaba nuestra audiencia, ¡pero en esa noche en particular el
público nos inundó cantando todas las líneas de todas las canciones! Fue
estimulante pero nos demandó un esfuerzo de voluntad darle lugar a esto
porque veníamos de un lugar en el cual nosotros tocábamos y la gente
escuchaba. Bajamos del escenario y la gente todavía cantaba. Era You'll Never Walk Alone,
que estuvo maravillosa y con un sonido asombroso. Después de eso nos
sentamos a hablar y decidimos que o resistíamos esta evolución que
estaba llevándose a cabo o la acogíamos y la alentábamos. Esa noche
escribí We Will Rock You y Freddie escribió We Are The Champions, con la
idea de que estábamos fomentando activamente que la gente sea parte del
espectáculo, que interactúe con nosotros.
Cuando fuimos a hacer
la siguiente gira, esas canciones eran parte de la actuación y todo se
acomodó en su lugar. Incorporamos la noción de que el público fuera tan
parte del espectáculo como la banda. Es curioso porque se ha vuelto algo
bastante común pero en esos días no lo era. Venimos de una época en la
cual la gente se sentaba en el suelo durante los conciertos y no se
movía. Escuchaban y sacudían un poco sus cabezas pero no había ninguna
interacción como tal. La interacción ha llegado a un lugar colosalmente
diferente. Ahora sucede mucho. Ves cualquier grupo en una situación de
estadio y sucederá, pero entonces era nuevo, nadie había hecho eso
antes.
Sin embargo, es aún bastante único el hecho de ir a tu
casa y crear algo tan específicamente para esa función de participación
del público en vivo…
Fue muy instintivo. Me levanté con la
canción en mi cabeza. Recuerdo haberme ido a dormir pensando: “¿Qué
puede hacer la gente cuando está de pie, todos apretujados juntos en un
auditorio?”. Pueden pisotear, pueden levantar sus manos, aplaudir y
pueden corear. Para cuando me levanté mi cerebro había juntado las
piezas y pude escucharlo en mi cabeza: ¡parecía la cosa más sencilla que
les podía pedir que hicieran y con lo que se pudieran sentir bien! Y
entonces la canción se volvió algo acerca de las esperanzas y los sueños
de la gente mientras avanzan en sus vidas.
Hay una pizca de ironía en la canción que siempre es complicada de sacar adelante. We Will Rock You
parece bastante optimista en la superficie. Pero si escuchas las
palabras hay un elemento cuestionador en cuanto a qué podemos realmente
lograr en nuestras vidas y para qué estamos aquí.
¿Recuerdas la primera canción que escribiste?
Probablemente, una de las primeras ideas que tuve fue una canción llamada The Real Life.
Era sobre alguien sentándose completamente solo y triste, y otro
llegando y diciéndole que ellos no estaban viviendo una vida real: “Ven
conmigo, te mostraré una vida real”. Nunca vió la luz, pero creo que la
tengo en un demo en alguna parte. Muy pronto después de eso escribí otro
par de canciones. Una llamada Polar Bear, que los admiradores
más acérrimos de Queen conocerán porque ¡la grabamos! ¡Era un cuento
metafórico! Sobre alguien que veía un oso polar en un escaparate, ¡pero
no estaba en venta!. Y escribí Step On Me, que ciertamente grabamos, tal vez con mi primer grupo, 1984. La primera canción que tú probablemente conozcas es Keep Yourself Alive, que abrió el camino de nuestro primer álbum y fue nuestro primer single.
¿Cómo te sientes respecto a tus composiciones?
Lo
curioso es que no me considero un compositor realmente. No soy alguien
que la mayoría de los días se sienta y escribe una canción. Acontece o
no. Algo me apasionará por completo o algo pasará. O bien escucharé una
melodía en mi cabeza o algunos versos. Sucede orgánicamente. No soy
capaz de hacer que pase a voluntad. Tiras una idea, y a veces ni
siquiera estás seguro de dónde vino.
¿Cuál es el elemento clave de una canción realmente grandiosa? ¿Es la letra, una melodía o algo más?
Bueno,
te citaré lo que Don Black me dijo una vez. Alguien le había preguntado
sobre las complejidades de la composición y el respondió: “Todo lo que
importa es: “¿Cómo avanza?””. ¡Hay mucha verdad en eso! Todo se reduce a
tener una gran melodía, y buenas palabras son parte de eso. Si tienes
esas, no hay cantidad de arreglos o producción que puedan tomar su
lugar. ¡Dios sabe de dónde vienen! Las buenas melodías vienen del cielo,
supongo. Pero ciertamente, la gente es capaz de producir buenas
melodías directamente del éter. Por ejemplo, no importa lo que pienses
de ABBA, no puedes negar que esas melodías son inmortales; te provocan
algo. Y de eso se trata. Se trata de: “¿Cómo avanza?”.
¿Crees que ser buen compositor puede aprenderse o piensas que es innato?
Creo
que, como en cualquier habilidad creativa, puedes alentarte a ser
abierto y sacar ventaja de cualquier inspiración que tengas. Es como ser
un atleta; tienes cierta cantidad de habilidad natural, pero trabajas
en ella y la ejercitas. Tratas de tomarla por sorpresa.
¿Recuerdas en que gastaste tu primer cheque de royalties de PRS for Music?
Es
aquellos días los cheques de royalties eran pequeños y estábamos tan en
deuda que no salíamos y simplemente lo gastábamos. ¡Sólo esperábamos
que más adelante nuestras deudas fueran canceladas! Fue cuando llegamos a
nuestro tercer álbum, Sheer Heart Attack, que nos dimos cuenta
de que habíamos vendido un montón de ejemplares ¡pero no habíamos visto
nada! No solamente estábamos desprovistos; estábamos inmensamente en
deuda, así que mucha de la gente que nos suministraba las cosas que
precisábamos, como equipos, no iba a hacerlo más porque no podíamos
pagarles. Eso fue una verdadera crisis para nosotros, y lo que nos
condujo a encontrar una manera de salir la situación con nuestros
representantes, que era incapacitante en ese entonces. Firmamos con John
Reid, que era el representante de Elton John en esa época. Por suerte
para nosotros, al cuarto álbum, A Night At The Opera, le fue realmente bien y fuimos capaces de cancelar nuestras deudas.
¿Cuál es tu enlace con el Imperial College de Londres?
Fuí
estudiante allí. Hice tres años de carrera de grado en Física y luego
volví por cuatro años para hacer un Doctorado en Astronomía. Pero sólo
tenía una beca por tres años, así que en el cuarto enseñaba en una
escuela secundaria en Brixton para pagar mis gastos de comida. Al mismo
tiempo ya estábamos ensayando con Queen, así que estaba empezando a
alejarme forzosamente.
¿Por qué el lugar tiene tanta relevancia para Queen?
El
primer concierto propiamente dicho que dimos fue en el Imperial
College, en el Union Hall. Lo recuerdo muy claramente porque había visto
a toda clase de gente tocando en ese salón. Había sido parte del Comité
de Entretenimiento y en esos días agendábamos un grupo para cada noche
de sábado. Gente como Spooky Tooth y Steamhammer. También agendamos a
Jimi Hendrix. Así que, para nosotros, tocar en ese escenario fue
verdaderamente un sueño hecho realidad. El lugar solía llenarse, así que
fue un peldaño importante para nosotros. Con nuestro concierto
obtuvimos la primera reseña, en una revista llamada Disc. ¡Fue algo
grande! Sólo ver gente allí afuera que conocía algo del material porque
había escuchado el álbum fue algo importante para nosotros.
¿Estabas nervioso en el escenario?
¡Sí!
Aunque creo que siempre estás nervioso; eso nunca cambia. Lo curioso es
que, en cierto sentido, se vuelve más intenso mientras avanzas. Tal vez
porque hay más expectativa y tienes más que perder allí afuera. Con la
edad tiendes a ser más consciente de tus nervios. De niño, ¡sólo sales y
haces ruido! Pienso que los nervios son una parte de lo que nos conduce
y lo que nos hace hacer algo especial en el escenario. El público se
alimenta de eso.
¿Cuál es tu recuerdo más perdurable de Freddie?
Su
sonrisa retorcida. Su guiño conspirativo cuando sabía que había dicho
algo discutible, y travieso y arriesgado; te dirigía ese pequeño
centelleo en su ojo. Por un momento probablemente pensabas que era
serio, que en cierto sentido lo era, porque sí tomaba un montón de
riesgos. Pero tenía esa manera curiosa de mojarse los labios y sacar esa
gran sonrisa, seguida de una risa nerviosa, y te estaba contando algo
completamente escandaloso ¡por lo que no sabías si creerle o no! Poseía
un sentido del humor muy retorcido, y un gran disfrute de la vida. No se
comprometía con ningún sinsentido; no quería quedarse atascado en
ningún pantano. No dejó que nada revolviese su vida. Es un gran ejemplo
que desearía poder seguir mejor de lo que lo hago.