La lista de músicos que repentinamente han tenido que hacer frente a problemas de salud más o menos serios es interminable, como en cualquier gremio tan numeroso y longevo. Sin embargo, hay algunos casos que constatan que la música es un oficio que se nutre de la pasión de manera desmedida, con auténticos casos de superación personal dignos de aplauso. Gente que siguió o ha seguido tocando a pesar de las complicaciones, poniendo sobre la mesa un plus de esfuerzo (en esta ocasión hemos dejado fuera premeditadamente, por ejemplo, cegueras y otras enfermedades de nacimiento o al dichoso cáncer).
NOEL GALLAGHER. El músico inglés ha sido el último en revelar sus problemas de salud. Concretamente, ha contado recientemente que tiene tinnitus, una sensación auditiva anormal, aunque alarmantemente común entre los músicos (se dice que también la sufren Chris Martin o James Hetfield,
por ejemplo), debido a los altos volúmenes a los que están sometidos.
"Tengo un extraño zumbido en mis oídos por tocar la guitarra desde hace
veinte años. Pero lo he pasado tan bien que si tuviera que morir de una
enfermedad cerebral, sabría que ha merecido la pena", ha resaltado
recientemente, sin plantearse ni de lejos abandonar su pasión musical.

RICK ALLEN. El baterista de Def Leppard tiene el dudoso honor de ser uno de los músicos más impactantes del panorama internacional, debido a que no es precisamente habitual que un manco se haga cargo de las baquetas. No se amedrentó tras perder su brazo izquierdo en un accidente automovilístico el 31 de diciembre de 1984, y menos de dos años después ya estaba a los mandos de su batería electrónica, que maneja sobre todo gracias a su destreza con los pies. Y casi veinte años después sigue en activo como si tal cosa.
PHIL COLLINS. Perdió la sensibilidad en sus manos tras operarse de una vértebra dislocada en 2009, y ahora necesita pegarse las baquetas a las manos con esparadrapo para poder seguir tocando la batería (algo que cada vez hace menos a menudo, pues la música ya no le interesa especialmente). En cualquier caso, esta enfermedad no le impidió publicar su último álbum hasta la fecha, Going back (2010). "Puede cambiar y mejorar, pero puede que no... ahora no puedo tocar la batería como antes, pero es que tampoco puedo cortar el pan", confesó el artista, que también admitió tener problemas auditivos.

PETE TOWNSEND. El incendiario guitarrista de The Who lleva años pagando sus excesos delante de los amplificadores. Su compañero, el vocalista Roger Daltrey, llegó a declarar que Townsend está "sordo como una tapia", y que durante los conciertos de 2011 tuvo que pegarse a los altavoces para poder escuchar algo. En cualquier caso, el grupo se embarca este año en la gira de recreación de Quadrophennia por Europa (sin fechas por España por ahora), de manera que o el guitarrista ha mejorado o su silenciosa intuición musical ha crecido considerablemente.

BRIAN WILSON. El genio creativo de los Beach Boys también forma parte de ese club de músicos que no sólo tienen 'problemillas' de audición, sino que prácticamente son sordos. En su caso el problema se localiza en su oído derecho, en el que padece una sordera nada menos que del 96 por ciento. Por si esto fuera poco, es esquizofrénico y bipolar, aunque esa es otra historia que, en cualquier caso, no le ha impedido seguir en activo y girar por medio mundo durante 2012 en la gira de reunión con su mítica banda.

MIKE MARS. Al guitarrista de Mötley Crüe le fue diagnosticada su condición ósea degenerativa (espondilitis anquilosante) a los 17 años. Desde entonces ha padecido incontables dolores y sufrimientos, por lo que siempre ha dependido mucho de los analgésicos y de su fuerza de voluntad para seguir tocando, aún con evidentes dificultades para moverse con soltura bajo los focos. Fue operado de la cadera en 2004, pero a pesar de todo actualmente se mantiene totalmente activo con su banda de toda la vida.

TONY IOMMI. El autor de algunos de los riffs más célebres del rock duro trabajó como aprendiz de obrero metalúrgico, manejando una soldadora eléctrica. Durante las noches ya tocaba con el grupo local Rocking Chevrolets, pero el último día antes de dejarlo para dedicarse plenamente a la música, tuvo que encargarse de cortar el metal antes de soldarlo con una enorme máquina que le arrancó la punta de los dedos corazón y anular de la mano derecha. Su carrera musical se habría ido al garete si no hubiera superado una depresión y se le hubiera ocurrido solventar este obstáculo con unos dedales para poder alcanzar todas las cuerdas y todos los trastes. Desde entonces toca con prótesis de goma, pero al principio fundía una botella de plástico sobre sus dedos y luego los limaba para darles forma y así poder tocar. Por cierto, que Black Sabbath lanzarán en junio su primer disco con Ozzy desde hace 34 años.
DJANGO REINHARDT. Un incendio en su caravana en noviembre de 1928 le mantuvo 18 meses postrado en la cama. Pudo perder la vida, pero finalmente todo se redujo a una incapacidad en dos dedos de la mano izquierda (como si eso fuera poco para un guitarrista). De manera increíble se convirtió en toda una leyenda de las seis cuerdas gracias a un ingenioso sistema de digitación que, de hecho, le hizo absolutamente original. De hecho, es más que probable que el propio Iommi se inspirara en Django para solucionar su problema y poder seguir rasgando sus guitarras.

CURTIS MAYFIELD. El 13 de agosto de 1990 quedó paralizado de cuello hacia abajo después de que le cayera encima el juego de luces del escenario en el que estaba actuando en Brooklyn. Quedó incapacitado para tocar la guitarra, pero compuso, cantó y dirigió la grabación de su último disco, New world order, publicado en 1997. La grabación de las voces de este trabajo fueron cuidadosamente registradas, por lo general línea por línea mientras estaba acostado sobre su espalda.
ROBERT WYATT. El miembro fundador de Soft Machine cayó por la ventana de un tercer piso durante una fiesta en julio de 1973 y quedó paralítico. Sin embargo, logró recuperarse y reactivó su carrera como solista al publicar el disco Rock bottom en 1974. Incluso consiguió posteriormente un notable éxito en el Reino Unido con una versión del I'm a believer de Neil Young, generando una polémica con el programa de televisión Top of the Pops, que no quería que apareciera en silla de ruedas. Se ha mantenido activo a lo largo de varias décadas y su último trabajo hasta ahora ha sido el For the ghosts within de 2010.

RICK ALLEN. El baterista de Def Leppard tiene el dudoso honor de ser uno de los músicos más impactantes del panorama internacional, debido a que no es precisamente habitual que un manco se haga cargo de las baquetas. No se amedrentó tras perder su brazo izquierdo en un accidente automovilístico el 31 de diciembre de 1984, y menos de dos años después ya estaba a los mandos de su batería electrónica, que maneja sobre todo gracias a su destreza con los pies. Y casi veinte años después sigue en activo como si tal cosa.
PHIL COLLINS. Perdió la sensibilidad en sus manos tras operarse de una vértebra dislocada en 2009, y ahora necesita pegarse las baquetas a las manos con esparadrapo para poder seguir tocando la batería (algo que cada vez hace menos a menudo, pues la música ya no le interesa especialmente). En cualquier caso, esta enfermedad no le impidió publicar su último álbum hasta la fecha, Going back (2010). "Puede cambiar y mejorar, pero puede que no... ahora no puedo tocar la batería como antes, pero es que tampoco puedo cortar el pan", confesó el artista, que también admitió tener problemas auditivos.

PETE TOWNSEND. El incendiario guitarrista de The Who lleva años pagando sus excesos delante de los amplificadores. Su compañero, el vocalista Roger Daltrey, llegó a declarar que Townsend está "sordo como una tapia", y que durante los conciertos de 2011 tuvo que pegarse a los altavoces para poder escuchar algo. En cualquier caso, el grupo se embarca este año en la gira de recreación de Quadrophennia por Europa (sin fechas por España por ahora), de manera que o el guitarrista ha mejorado o su silenciosa intuición musical ha crecido considerablemente.

BRIAN WILSON. El genio creativo de los Beach Boys también forma parte de ese club de músicos que no sólo tienen 'problemillas' de audición, sino que prácticamente son sordos. En su caso el problema se localiza en su oído derecho, en el que padece una sordera nada menos que del 96 por ciento. Por si esto fuera poco, es esquizofrénico y bipolar, aunque esa es otra historia que, en cualquier caso, no le ha impedido seguir en activo y girar por medio mundo durante 2012 en la gira de reunión con su mítica banda.

MIKE MARS. Al guitarrista de Mötley Crüe le fue diagnosticada su condición ósea degenerativa (espondilitis anquilosante) a los 17 años. Desde entonces ha padecido incontables dolores y sufrimientos, por lo que siempre ha dependido mucho de los analgésicos y de su fuerza de voluntad para seguir tocando, aún con evidentes dificultades para moverse con soltura bajo los focos. Fue operado de la cadera en 2004, pero a pesar de todo actualmente se mantiene totalmente activo con su banda de toda la vida.

TONY IOMMI. El autor de algunos de los riffs más célebres del rock duro trabajó como aprendiz de obrero metalúrgico, manejando una soldadora eléctrica. Durante las noches ya tocaba con el grupo local Rocking Chevrolets, pero el último día antes de dejarlo para dedicarse plenamente a la música, tuvo que encargarse de cortar el metal antes de soldarlo con una enorme máquina que le arrancó la punta de los dedos corazón y anular de la mano derecha. Su carrera musical se habría ido al garete si no hubiera superado una depresión y se le hubiera ocurrido solventar este obstáculo con unos dedales para poder alcanzar todas las cuerdas y todos los trastes. Desde entonces toca con prótesis de goma, pero al principio fundía una botella de plástico sobre sus dedos y luego los limaba para darles forma y así poder tocar. Por cierto, que Black Sabbath lanzarán en junio su primer disco con Ozzy desde hace 34 años.
DJANGO REINHARDT. Un incendio en su caravana en noviembre de 1928 le mantuvo 18 meses postrado en la cama. Pudo perder la vida, pero finalmente todo se redujo a una incapacidad en dos dedos de la mano izquierda (como si eso fuera poco para un guitarrista). De manera increíble se convirtió en toda una leyenda de las seis cuerdas gracias a un ingenioso sistema de digitación que, de hecho, le hizo absolutamente original. De hecho, es más que probable que el propio Iommi se inspirara en Django para solucionar su problema y poder seguir rasgando sus guitarras.

CURTIS MAYFIELD. El 13 de agosto de 1990 quedó paralizado de cuello hacia abajo después de que le cayera encima el juego de luces del escenario en el que estaba actuando en Brooklyn. Quedó incapacitado para tocar la guitarra, pero compuso, cantó y dirigió la grabación de su último disco, New world order, publicado en 1997. La grabación de las voces de este trabajo fueron cuidadosamente registradas, por lo general línea por línea mientras estaba acostado sobre su espalda.
ROBERT WYATT. El miembro fundador de Soft Machine cayó por la ventana de un tercer piso durante una fiesta en julio de 1973 y quedó paralítico. Sin embargo, logró recuperarse y reactivó su carrera como solista al publicar el disco Rock bottom en 1974. Incluso consiguió posteriormente un notable éxito en el Reino Unido con una versión del I'm a believer de Neil Young, generando una polémica con el programa de televisión Top of the Pops, que no quería que apareciera en silla de ruedas. Se ha mantenido activo a lo largo de varias décadas y su último trabajo hasta ahora ha sido el For the ghosts within de 2010.
No hay comentarios :
Publicar un comentario